Tu identidad actual choca con la nueva versión y los nuevos (y mejores) resultados que quieres conseguir.
Si no te liberas de tus creencias bloqueantes hoy, no podrás cambiar tus actos, y así, por inercia, tus resultados.
Lo primero que tiene que cambiar: la forma en la que te ves a ti mismo(a).
El emprendedor - lo que eres - piensa en el cómo y se ve como el operador que resuelve el problema.
El empresario - lo que quieres ser - piensa en el qué y en quién, porque diseña sistemas sostenibles que funcionan sin él.
Hay que alinear tu visión con tus actos, y sin un cambio de identidad, no será posible.
Nadie cambia solo, sin una visión externa que le ayude y le corrige cuando el “Yo pasado” vuelve a tomar el mando.
Tu desafío es dejar atrás el campeón de tus clientes que eres hoy, para transformarte en el coach de tu equipo, y dejar que tu equipo haga de coach para tus clientes.
Si no lo afrontas, no progresarás.
Tienes que desaprender para liberar espacio a nuevos aprendizajes.